Ahora me separo de mi adicción,
he vuelto a ser un alma pura,
ahora descubrí quién soy en verdad,
volví a ser como el día en que nací.
Resucita dentro de mí lo que estaba muerto,
la esperanza amanece en mí, y vuelvo a la vida.
Soy plenamente consciente de que soy esclavo, es un hecho,
y en mí, el problema es más profundo de lo
normal.
Esclavo sometido a las obras que nacen
de cosas sembradas en mí hace tiempo,
por manos ocultas en las sombras,
que impusieron en mí deseos distorsionados.
Plantaron sus deseos en mí desde mi infancia,
y así me convertí en un siervo marcado desde
pequeño,
no un hombre que quiere y no puede liberarse,
sino un prisionero, sometido, que no quiso esta vida.
Y todo porque creí que yo y mi adicción...
éramos uno solo. Estaba seguro de que eso era yo.
Ahora me separo de mi adicción,
he vuelto a ser un alma pura,
ahora descubrí quién soy en verdad,
volví a ser como el día en que nací.
Resucita dentro de mí lo que estaba muerto,
la esperanza amanece en mí, y vuelvo a la vida.
Sólo hoy, en estos días, ya casi con sesenta
años,
con ayuda de personas buenas de gran corazón,
ángeles,
empiezo poco a poco a entender que no me perdí,
que la adicción era como un guante en mi mano,
como un traje de piloto o de buzo que me envolvía,
y pensé, de verdad, que esa era mi piel.
La verdad es que en lo profundo de mi ser, no soy malo,
debajo de todas las capas queda un alma pura,
como el día en que nací, en el momento que
llegué al mundo.
Es una sobriedad dolorosa, pero también esperanzadora.
Palabras que describen con verdad la intensidad
de un proceso donde la adicción se volvió mi
identidad.
Y tras ese proceso, de pronto surgió una
distinción,
la comprensión de que mi esencia real no se
perdió.
Se apagó un momento, pareció morir, pero solo se
durmió.
Ahora se está despertando. Y eso es un milagro, un
verdadero milagro.
Y ahora no es el final, sino el comienzo. Está en mis
manos.
Ahora me separo de mi adicción,
he vuelto a ser un alma pura,
ahora descubrí quién soy en verdad,
volví a ser como el día en que nací.
Resucita dentro de mí lo que estaba muerto,
la esperanza amanece en mí, y vuelvo a la vida.
Es un milagro, un verdadero milagro,
no un final, sino un comienzo.
Y depende solo de mí.
no un final, sino un comienzo.
Y depende solo de mí.
https://www.youtube.com/watch?v=69yyiD6wXU8
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